Al igual que en los edificios comerciales, donde las superficies duras dominan la estructura, los espacios de autoalmacenamiento se convierten en enormes cámaras de reverberación que solo amplifican los ya altos niveles de ruido en su interior. Los absorbentes son clave para abordar este problema para el personal dentro de estos edificios. Además, las puertas y mamparas acústicas en las oficinas y zonas de descanso adyacentes garantizarán que haya zonas más tranquilas para el descanso de los profesionales. Asimismo, un aislamiento acústico eficaz de la envolvente del edificio y vías de ventilación atenuadas contribuirán al cumplimiento de las normativas locales sobre el control de la propagación del ruido a las viviendas cercanas, evitando así perturbaciones en la vida de las personas.
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