Las teteras son sinónimo de tranquilidad. Producen una gama de sonidos distinta: desde el encendido del sistema de calefacción, hasta el agua que alcanza su punto de ebullición y, finalmente, el silbido del vapor que indica el final de su proceso. El espectro de sonidos que emiten implica una gran cantidad de energía y frecuencias sonoras en el proceso. Para minimizar las molestias, se deben reducir los niveles generales siempre que sea posible, aislando el sonido de ebullición del exterior y asegurando que lo que se proyecta a través del silbido no sea excesivamente tonal ni presente.