Nos encanta el aire frío, sobre todo porque 2020 parece ser un año récord en cuanto a temperaturas sofocantes en verano. Si bien el sur de California registró temperaturas de hasta 47 °C en zonas urbanas el mes pasado, se avecinan más temperaturas cálidas.
Encender el aire acondicionado es una solución. Sin embargo, tiene sus inconvenientes: consume energía de la red eléctrica (de ahí los cortes de electricidad en California); requiere HFC o hidrofluorocarbonos (lo cual, según la ONU, es problemático porque los HFC podrían ser 11 700 veces más potentes que el dióxido de carbono); Y no son muy eficientes (se ha comprobado que las unidades en Japón y la UE son más eficientes que las de EE. UU.). Sin embargo, los aires acondicionados son populares y su popularidad aumenta cada año. Según la Agencia Internacional de la Energía, la demanda mundial de energía solo para aires acondicionados se triplicará para 2050. Se prevé que haya 5600 millones de aires acondicionados en el planeta para 2050. Hoy, en comparación, solo tenemos 1600 millones de unidades. El informe de la AIE sugiere que se venderán 10 nuevos aires acondicionados por segundo durante los próximos 30 años.
El impacto no solo afecta al aire que respiramos, sino también a la acústica de nuestra sociedad, afirma Poppy Szkiler, fundadora de Quiet Mark, una organización sin fines de lucro que trabaja con marcas para reducir los niveles de decibelios en los electrodomésticos y aparatos electrónicos del hogar. Los aires acondicionados son culpables de ser ruidosos y contaminantes.
Szkiler describe esta "contaminación acústica" como un "contaminante invisible a nivel mundial" que puede afectar la salud en general.
El sonido afecta nuestras ondas cerebrales, frecuencia cardíaca, respiración, secreción hormonal y todos nuestros ritmos físicos. En pocas palabras, el sonido negativo mina nuestra concentración, productividad y equilibrio general, y en exceso o en condiciones extremas puede incluso ser fatal, ya que afecta directamente al sistema cardiovascular», afirma.
«Cuando lidiamos con niveles de volumen incómodos y capas de ruido no deseado, nuestra mente y nuestro cuerpo tienen que desviar la atención hacia la intrusión intentando aislarla. Con un aire acondicionado ruidoso, puede ser una lucha constante todo el día aislarse del ruido para concentrarse, dormir, escuchar, hablar o mantener la calma, lo que añade capas de estrés a nuestro cerebro y capacidad auditiva».
¿Qué puede ayudar a reducir la carga de ruido y contaminantes ambientales que emiten las unidades de aire acondicionado tradicionales?
Los ventiladores son una opción obvia, ya que son una solución menos tecnológica pero efectiva. Sin embargo, también pueden estar dispersando aire contaminado, afirma Jim Forrest, ingeniero de diseño de Dyson.
Para solucionar esto, Dyson desarrolló una unidad multifuncional que purifica, enfría y calienta el aire (en los meses de invierno). Esta solución tres en uno podría abordar los múltiples problemas en juego. Además, Dyson colaboró con Quiet Mark para garantizar que sea lo más silencioso posible para un dispositivo que impulsa el aire. También cuenta con la certificación Energy Star para reducir su consumo energético general.
"Como anécdota, hemos escuchado que muchos consumidores sienten que han ahorrado dinero al usar un ventilador purificador Dyson en comparación con el aire acondicionado", señala Forrest.
Sin embargo, diseñar el producto no fue fácil, afirma. Requirió una gran cantidad de investigación y desarrollo para satisfacer todas las necesidades de eficiencia, reducción de ruido y eficacia: "Los dos aspectos más desafiantes para mantener los ventiladores purificadores Dyson silenciosos son la cámara del motor y el flujo de aire. Nuestro motor se encuentra en el corazón de la máquina y la impulsa a proyectar más de 77 galones de aire suave y purificado por segundo. Con un motor funcionando a la velocidad necesaria para mover esa cantidad de aire, nos arriesgamos a que se produjera mucho ruido en la cámara donde se encuentra el motor". Para reducir el ruido, tomamos medidas para aislar la cámara.
Si bien estas unidades cuestan más que un ventilador de torre o de escritorio típico, ofrecen una ventaja adicional: un flujo de aire más silencioso y un aire más limpio. Para espacios pequeños, en lugar de optar por un aire acondicionado independiente, ¿podría ser esta una alternativa viable para los habitantes urbanos?
Los aires acondicionados con energía solar están a la vuelta de la esquina. Pero también tienen sus inconvenientes: no pueden funcionar de noche (a menos que puedan almacenar energía) o tienen bombas que consumen bastante electricidad (lo cual, si no están conectados a la red eléctrica, sería ideal).
Hasta entonces, la próxima ola de calor podría combatirse con un ventilador de tambor más silencioso y de bajo consumo en lugar de un aire acondicionado central.
Lea el artículo original en el sitio web de Forbes AQUÍ.