La arquitectura y las profesiones relacionadas con el diseño en el entorno construido se han centrado históricamente en los aspectos estéticos del espacio, excluyendo a menudo otros sentidos de los que dependemos en gran medida para navegar por los entornos que habitamos, ya sea el sonido, el tacto o el olfato.
Junto con el aire, la luz, el agua y la calidad térmica, el sonido es uno de los conceptos clave del diseño orientado al bienestar, una tendencia en auge. Hace tan solo unos 5 años, diseñar espacios inclusivos y accesibles, y especificar materiales de construcción sostenibles, se consideraban complementos deseables, mientras que hoy en día ni siquiera se plantearía no hacerlo. La especificación de materiales acústicos para el bienestar aún se encuentra en una fase complementaria, pero se está convirtiendo rápidamente en una necesidad, como lo demuestra la reciente colaboración entre Third Party Certification, Quiet Mark y NBS, una plataforma líder en datos y especificaciones de construcción.
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